Minno es un Fantasma
¨Minno dejó colgados los tenis en lo alto de un baño.¨
Despertó de un sueño, un sueño extraño, un largo sueño; miró
el reloj en su muñeca derecha pero no marcaba la hora, no servía, tal vez
pensó, le falta pila.
Se levantó de su lugarcillo de sueño en que siempre dormía,
estiró sus brazos y piernas luego agarrado de la cintura hecho su espalda hacia
atrás -Creo que me siento bien- pensó.
Caminó hacia la ventana y asomó su cabeza por ella, desde ahí observó y su
mente se confundió, no podía distinguir si era día, tarde o noche, las tres se
mezclaban en una armonía muy extraña que le inspiró a musitar tarareos
melódicos salidos de su conmoción; recodó de pronto que había tenido dolores de espalda algo intensos y de pronto
ya no los sentía más, ¡suspiro! Se sentía bien, la vista desde su ventana era
rara, de ensueño, los colores, rojo, blanco y negro se mezclaban en su corazón
junto con el atemporal momento; metió de nuevo su rostro a la habitación
sacudiendo sus largos y negros cabellos principescos, sonrío, sonrío con una
levedad profunda e inmensa, sabía algo ahora, pero no lo sabía del todo
tampoco. Se sentó en el piso de su cuarto, mirando hacia abajo como meditando (heat down),
de pronto en ese momento, escucho algo que hizo erguir su cabeza en
sorpresa, era una voz, que con su canto parecía traspasar por todos lados la habitación, el canto era frio, tanto que
tiritó. Por fin, el tiempo se hizo noche y un halo azul invadió toda la
atmosfera; la voz había traído la noche azulada; Minno aguzó el oído para
escuchar mejor la canción y entender lo que decía, entonces la voz empezó a
volverse más clara dejándose escuchar un llanto; Minno se levantó de una pieza,
miró hacia todos lados , como tratando de comprender algo, -¿de dónde viene aquel llanto que como canto
me invade?- se preguntó exaltado, le
parecía tan familiar, tan hermosa y tristemente familiar. El canto se volvió
más intenso, Minno al escucharlo se llenó de un estupor y triste pesar y
postrándose en el suelo lloró cubriendo con las manos su rostro; aquel
canto le revolvía las entrañas de su
mismo espíritu.
-¿Qué es ese canto? ¿De quién es? ¿Porque no recuerdo nada antes de este día?- se preguntaba. Minno no
recordaba nada, tal vez por que, no lo quería hacer.
El canto de aquella voz se volvió lluvia, Minno bajó las
oscuras escaleras de casa, abrió la puerta y salió a la calle, la lluvia era
tibia, lo mojó hasta empaparlo todo.
-Lluvia y canto lejano… azul- musitó.
Minno pensó un rato en aquello, la lluvia se volvía cada vez
menos intensa, miró hacia el cielo, a pesar de la lluvia no había ninguna nube
que la tapase, que tapase la luna que con gran resplandor iluminaba el atezado
cielo y su confundido corazón; la luna también le parecía familiar, con un
rasgo singular, parecía la pupila de un gran ojo que le veía, desde el cual
caían como lagrimas las gotas de lluvia
y melancolía.
-Di- Se le escapó aquella palabra a su boca repentina y
sorpresivamente después de contemplar la luna –Di es un nombre…- replicó con voz
consternada y titubeante sin entender
por que lo decía. Aquello hizo de pronto que todo un mundo de ideas y emociones
le recorriera por completo, tuvo un poco
de miedo, tuvo un poco de risa, ¿era posible que…?
-¡Oh no!- exclamó Minno, corrió hacia el interior de su
casa, se detuvo en la sala, observándola, observó cada detalle, ¡todo le dio
vueltas, todo se detuvo de pronto, todo tuvo un infinito peso.
Como un relámpago que cruza el cielo y alumbra el borrascoso
cielo, ¡recordó!, Minno recordó, los recordó a todos, recordó todo, aun
conservaba la mancha roja en su camisa blanca, que al tocarla se convirtió en
una dulce manzana.
-¡Oh vaya!- exclamó con algo de resignación, miró sus manos
que habían nacido para dibujar, miró sus pies, miró todo su cuerpo y de pronto
gritó -¡Soy un fantasma!- y una risa
sonora salió de su alma ante la revelación, así que corrió dando brincos por
toda la casa con extraña emoción. El tiempo se alumbró con reconfortables
lucecillas ondeadas por el viento, el cielo se iluminó y Minno rió y rió.
Cuando detuvo el jugueteo, reflexiono por un momento en lo triste que todos
debían de estarse sintiendo, así que metió
su mano en lo más profundo de si y aquella paz que estaba experimentando tomándola desde su interior la regalo a todos
los que vivir lo vieron.
Entonces…
Hubo una paz silenciosa
Extraño fue el momento
De una resignación gloriosa.
Los corazones le sintieron sin saberlo
Su camino siguieron hacia adelante
Dedicándole la vida a Él con anhelo.
Es cierta la partida, es cierta esta ignominia
Todos lo sabemos y eso lo vemos.
Sin saber, en aquel momento la paz llenó su mente
La calma era rara
Y la fuerza que les daba les era sorprendente.
Copas del leteo ellos bebieron
Un letargo les fue regalado
Y Ellos por su bien a Minno olvidaron.
Sus noches.
Su corazón brilló con un azul destello, recordó la lluvia Di
y su canto que era un llanto eterno, sabía que su paz a diferencia de los
demás, no sería suficiente para calmarla a Ella de esa virtuosa melancolía, la
cual era causante de la noche en la que resplandecía su Luna infinita; la
pupila del ojo de Di que dormía y en sus sueños le veía.
En Las noches y sueños Ella iba y deambulaba inconsciente
hasta donde Él vivía, -Minno, Minno ¡ah!- Suspiraba, luego reñía, haciendo lo
que ella extrañaba cuando a Minno veía. Minno entristecía de ver a Di que
intentaba ver pero no podía pues sólo dormía.
Las noches que su melancolía traían llenas de sueños a través del velo donde
Minno yacía, eran para los dos sus
únicos y más preciados encuentros.
Entre la vida y la
muerte se encuentra un puente, creado de sueños y felices recuerdos; en Él
Minno y Di se reúnen a veces, cuando el clima es favorable y cuando la neblina
de la confusión no cubre el puente.
La noche es de ellos, sólo de ellos, con puentes de sueños, nubes melancólicas y
sollozos que como ángeles cantan a través del velo.
Sus Días.
Entre tanto, en el día, Minno cómo fantasma recorre los
vaporosos mundos nuevos que se le presentan, conociendo seres diferentes que le
hablan de cosas celestes, claras y oscuras; a veces se presenta como Zadius y
otras de muchas formas diferentes, explorando todos los lados de si mismo,
proyectando su sombra o su infinita luz.
Visita.
Cuando viene a la tierra a visitarnos, siempre grita -¡Soy
un fantasma!- y a veces nos espanta, pero solo de juego. Admira el cielo y la
nostalgia lo abraza… mira los árboles que danzan con el viento –Los tocaré de
nuevo, ya será en la próxima vuelta- se lo dice a ellos. Con mucha alegría
deseando con toda su buena fe, paz a todos.
-¡Soy un fantasma!- Minno…
By Dalh R.
Lo que Minno me dijo un día...
‘’Con todo mi corazón…
Te Amo, de nuevo y hasta siempre, hasta de nuevo vernos,
Hasta reencontrarnos en el cosmos del ciclo sin fin…
Gracias infinitas y radiante constelación, quizá en el Alba
nos encontremos de nuevo,
danzando con el mundo,
volviendo a lo eterno, donde la gracia divina de la risa nos
inunde de nuevo
de felicidad, una vez más, en aquel allá del que tanto
solíamos hablar…
Hermosa eternidad aguarda a reencontrarme contigo,
y ver a donde iremos de nuevo.’’
Brunno E. Ulloa Almiralla.
By. Dalh R.
Comentarios
Publicar un comentario