Un alma por 5 centavos
Quebrado el horizonte de puntiaguda espada solar y efímera esperanzadora conmoción, llegó a mis manos la derrota, mediante el vástago que frente a mis ojos tuve, e ignominiosamente pude verme verter un vino fino y de aroma sublime en copa barata y vieja.
Pues es que es así , los ojos enceguecidos del resplandor ficticio, del enviciado momento, me llevaron a derrochar frenéticamente ante tal truhán todo lo que de valor poseía, por la esperanza de una recompensa incierta pero atrayente.
No estoy devastada, sin embargo si enferma, la visión que ahora contemplo es testigo del estúpido intercambio de lentejas y primogenitura, pues saciaría un momento el hambre impaciente del deseo fugaz otorgando por ello mi vida, si, eso pensaba hacer dar lo más por lo menos.
Mi alma por 5 centavos .
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