Platónicas Concupiscencias (o de Luna en Escorpio)

No lo he decidido,
no creo decidir hacer nada,
 en absoluto.

Sólo me complazco entre sueños,
ahí eres quien yo creo que eres
y en ellos es donde siento sólo lo que yo quiero sentir.

Te dibuja la noche,
emerges del Neptuniano mar,
¡Es sólo eso, un sueño falso!
A nadie hace daño.

Eso, un sueño, si, y ya;
Lo avivo con una pasión de hoguera,
que se apaga al salir el sol...
No, no se apaga, me persigue en el día
con ese aroma peculiar que salió por tu ventana aquel día que inesperado asaltó todos los sentidos.

Pero al fin este idílico pensamiento no es más que platónicas concupiscencias, tu fragancia y persona me las invento a conveniencia, porque tal vez sólo así no me siento tan muerta.

¿Una pasión abyecta puede a uno salvarlo de la locura y la tristeza?

¡Pero tu aroma!
Cómo mágico incienso lo rodeó todo,
Tuve que pasar insistentemente por tu ventana, pues seguía flotando hacia mi exquisito y por un momento, tan sólo por un momento imaginé que me querías.

De tus recintos sale abrasador fuego que me hace desear purificarme con el.

¿Y sí a caso tal sueño se volviera real?
huiria sin dudar, pues los sueños en los sueños deben quedar.

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