(.. ♫..)
Pulsiones primitivas que florecen entre vapores de apasionados alientos. Daleth R.
Entradas
Azul de mar y cielo.
Pot, el mundo tiene belleza cuando belleza tiene quien lo mira. Entonces, cuando el mundo se llena de feas visiones, de auras grotescas y cielos tristes, ¿Es mi alma que así lo transforma? Corazón de mi Corazón ¿Tu lo sabes? Pero aquí ya no hay nada, nada que pueda sacudir de entre los rincones un poco del polvo de lo que fue belleza. Pot, el mundo es un peso sobre mis hombros, porque su esencia es frívola, leve. Se me exige amar lo que no quiero, sentir lo que no siento, en el inadecuado momento. Pot, ya no se convivir con la gente, ahora todos tienen colmillos y gigante su nariz, sus ojos son pequeños, totalmente negros. ¿Es que siempre fueron así y no lo recuerdo? Sólo recuerdo tu voz gitana, azul de mar y cielo, ¡tu canto de libertad que izaba mi alma! Libertad y Amor era la canción que sobre las aguas y las ventiscas marítimas nacía de tu dulce boca. Navegamos tanto tiempo, conquistando tantas islas que nos olvidamos del mundo entero. Ahora es
Amanecer.
De barro las mañanas, que se yerguen soñolientas entre el sedoso manto de la neblina matinal. Y con olor a tierra mojada por lagrimas alegres que las Ninfas vierten cada amanecer sobre el césped. El melancólico aliento matutino, exhalado por el espíritu viajero del mundo que se mese en la existencia. Matinal frescor de fresas y naranjas, abrazo tierno de las primeras horas del día, para quienes regresando de los linderos Oníricos del sueño, comienzan la amable jornada. Y las aves extienden sus alas, acarician las mejillas al viento, las hormigas hacen fila y los espíritus bailan. Son las Ninfas de los amaneceres: barro, rocío y fresco aliento, que hacen del despertar, de cada despertar, ¡una mágica esperanza! Daleth R.